27 agosto 2008

Canales y cazoletas de Las Huertitas (isla de La Gomera)

Ha pasado tan sólo una década y no podemos dejar de sorprendernos por la diferencia tan grande en el estado del yacimiento ritual que encontramos en 1998 y el que acabamos de ver en 2008. Entonces habíamos tomado la carretera de La Dehesa con dirección a La Dama, en el sur de la Isla. Nos topamos con un promontorio rocoso de unos 75 m, tanto de largo como de ancho y unos 8 m de altura, en la misma vertiente derecha del imponente Barranco de Erque, a una cota de 880 m. El paisaje se va tornando árido, siendo lo más destacado la gran cantidad de bancales que le dan nombre a la zona: Las Huertitas.
Pues bien, en el extremo N/NE, a unos 35 m de la carretera, visualizamos las claras marcas sobre una toba volcánica de casi una decena de cazoletas y varios canales que las comunican. Las dos primeras se sitúan en la parte superior, desde donde partes sendos canales, al principio casi pegados, luego se van separando y serpentean hasta descender durante más de un metro de recorrido y dividirse en varios ramales que conectan un grupo de seis o siete cazoletas en la base del roque, algunas con más de 10 cm de diámetro y unos 5 cm de profundas.
Recientemente visitamos el santuario y comprobamos que el sitio estaba lleno de vegetación, algunos de los arbustos habían enraizado en las cazoletas, entulladas de tierra y, en general, en unas condiciones de conservación deprorables. Por unos instantes creímos que no estábamos en el mismo lugar. No obstante, allí siguen presentes los surcos sagrados que labraron los aborígenes, recorriendo la pared y proyectados intensionadamente en dirección NE, hacia donde se encuentra el Garajonay, al encuentro del Sol durante el solsticio de verano que surge por las pendientes montañosas situadas al SE de la impresionante Argodey