Al ser humano le ha obsesionado la necesidad de controlar y medir el tiempo. En la orografía palmera los awaras construyeron su propio marcador astronómico, en el Roque de Los Muchachos, valiéndose de la observación y recursos naturales.
Pacientes observaciones del sol, la luna y otros fenómenos propiciaron que sus cálculos fueran eficaces en la actualidad y aunque lo que en estos momentos nos concierne es el lunasticio o primera luna llena del verano, estas construcciones responden a varios patrones astronómicos.
Fruto de la fusión entre la arqueología y la astronomía, actividades como estas revalorizan nuestro privilegiado patrimonio potenciando el emergente turismo estelar.
Y tal y como previeron nuestros antepasados la luna hizo acto presencia en el lugar exacto, conocido con Las Lajitas, un templo donde hacían sus rituales.
