28 diciembre 2007

Amontonamientos de Cabeceras de Izcagua I (Garafía)

A 2.000 m de altitud, bajo el pinar, se encuentran 3 amontonamientos de piedras que siguen una alineación perfecta con un pico destacado en la montaña (altos de Marangaño) y la posición del Sol durante el amanecer del solsticio de invierno.

Más información en www.amontonamientosdepiedras.blogspot.com

22 diciembre 2007

Llega el solsticio de invierno a Fuente Nueva (Garafía)

Imágenes tomadas desde los amontonamientos de piedras del Barbudo I, en el amanecer del día 22 de diciembre de 2007. Para los awara la llegada del Nuevo Año viene marcada por la religación Amontonamiento-Montaña-Sol.

Más información en www.amontonamientosdepiedras.blogspot.com

10 diciembre 2007

En el santuario ritual del Lomo de Las Lajitas (Garafía), a 2.100 m de altitud, conformado por 18 0 19 amontonamientos de piedras y más de 80 grabados rupestres, se celebraban dos momentos cruciales en la vida sagrada de los antiguos pobladores de la Isla, los awara. El primero tenía como referencia la primera Luna llena después del solsticio de verano. El segundo, cuando llega el nuevo año ("por navidad"), los aborígenes se preparaban para recibir a la madre Abora (el Sol). Es un ritual que todos los años se nos muestra en el amanecer, justo en el momento en que el Sol asoma por detrás del Roque de Los Muchachos, la montaña más alta de la Isla.

Más información en www.amontonamientosdepiedras.blogspot.com

23 noviembre 2007

Mircea Eliade, la religión cósmica y la sacralidad de la naturaleza. El caso awara


Este artículo es producto de una lectura y relectura de varios libros de Mircea Eliade, cuyas conclusiones se han visto confirmadas en muchos lugares del mundo por la arqueología y otras ciencias más teóricas. Una relectura de la obra de Eliade y el nuevo juicio que ahora tenemos de las prácticas y el pensamiento religioso entre los awara, nos confirma la existencia de un espacio sagrado, de un microcosmos terrenal, de un culto a la montaña, del reflejo sagrado del cosmos y su renovación anual. Queremos advertir que, por mucho que nos esforcemos, nunca podremos decirlo todo. Siempre nos quedaremos en una fase introductoria, pues, lo esencial es profundo, las conexiones demasiado ricas y los matices múltiples.
Mircea Eliade (1907-1986) está considerado como uno de los más relevantes historiadores de las religiones. Es un referente para poder comprender las diferencias y las similitudes de las religiones del mundo. Sus libros desprenden una gran sabiduría y son fuente de alimentación de los nuevos estudiosos de lo sagrado.
En la isla de La Palma, los yacimientos arqueológicos de carácter religioso constituyen nuestro primer centro de interés al invocar inevitablemente la búsqueda sistemática de respuestas cada vez más precisas y profundas. En principio, se trata de nociones vagas y dispuestas a la confusión, que no permiten una prueba válida para todos los investigadores. Las fuerzas de lo sagrado vienen de la naturaleza. Lo sagrado permanece a ciertas cosas, a ciertos seres, a ciertos lugares y a determinados tiempos.
Al occidental moderno (que vive en un mundo desacralizado) le cuesta trabajo aceptar que, para determinados seres humanos, lo sagrado puede manifestarse en las piedras o en los árboles. Sobre un terreno finito y heterogéneo se pueden encontrar muchos puntos, muchos centros de orientación. Se descubren manifestaciones de realidades sagradas diferenciadas de una realidad que no pertenece a nuestro mundo. Nada puede comenzar, hacerse, sin una orientación previa, y toda orientación implica la adquisición de un punto fijo. Canales y cazoletas, petroglifos y amontonamientos de piedras son símbolos o vehículos de fuerzas sagradas a las cuales los awara se dieron por entero para llegar a lo consustancial (Abora). La construcción de un amontonamiento de piedras, por ejemplo, no es sino la reproducción a escala microcósmica, de la creación, asegura la comunicación con el cielo y, por lo tanto, es el prototipo de una imagen cosmológica, la de los pilares cósmicos que sostienen el cielo. Es aquí donde se encuentra la puerta de los cielos. Cualquier objeto (un majano), al manifestar lo sagrado se convierte en otra cosa sin dejar de ser un simple amontonamiento de piedras. Para quienes aquel objeto se revela como sagrado, su realidad inmediata se transmuta en realidad sobrenatural. Es una idea que se repite en más de 60 ocasiones en las cumbres de la Isla.
Varias pueden ser las causas por los que un grupo de hombres y mujeres le dan un significado religioso a un espacio concreto. La irrupción de lo sagrado tiene por efecto destacar un territorio del medio cósmico circundante y hacerlo cualitativamente diferente. Nos hallamos, por tanto, frente a un encadenamiento de concepciones religiosas y de imágenes cosmológicas que se articulan en un sistema. Un sistema de comunicaciones con el cielo expresado por un número de imágenes relativas en su totalidad al Centro y en relación a la montaña sagrada que une la tierra al cielo (concepción del mundo entre los awara). La montaña es un lugar alto y está próxima al cielo.
En este mismo sentido, los amontonamientos de piedras son réplicas de la montaña cósmica y constituyen, por consiguiente, el vínculo por excelencia entre la tierra y el cielo. Se encuentran en el centro del mundo y reproducen, a escala microcósmica, el universo. Dicho de otro modo, los awara, como la inmensa mayoría de los pueblos tradicionales, no podían vivir más que en un espacio abierto hacia lo alto, en que la ruptura de nivel se aseguraba simbólicamente y en el que la comunicación con el otro mundo (mundo trascendente), era posible ritualmente. Dur-an-ki, “vínculo entre el cielo y la tierra”; así se denominaba un buen número de santuarios babilonios.
Esa unión se produce a finales del año, momento de la regeneración completa de la sociedad y del cosmos, concebido como una unidad viviente que nace, se desarrolla y se extingue el último día del año para renacer el Año Nuevo. Esta idea de renovación es universal entre las poblaciones ancestrales. Precisamente, durante el amanecer de cada año nuevo (solsticio de invierno), las cumbres de La Palma se convierten en los protagonistas de una triple revelación:
Amontonamiento - Montaña - Sol
Bien es verdad que las fechas del Año Nuevo varían en relación al clima, el medio geográfico, el tipo de cultura, etc. Pero se trata siempre de un ciclo, un círculo alrededor del mundo. Implica la reanudación del tiempo en su comienzo y se reproduce, pues, cada año. Y ahora viene la gran pregunta ¿Qué o quién representa esa hierofanía cósmica? Asistimos a un proceso de solarización del ser supremo (la madre Abora para los awara), a pesar de que la actualidad religiosa prescinde de los astros, aunque en ciertos casos su estructura y su prestigio sobreviven en las nuevas religiones.

06 noviembre 2007

¿Era Stonehenge un observatorio astronómico?


¿Era Stonehenge un observatorio astronómico?

Interesantísimo artículo sobre Stonehenge.
Habla, entre otras cosas, del English Heritage y
de Clive Ruggles.

20 octubre 2007

La prehistoria de El Hierro (Canarias): primer estudio que relaciona los grabados rupestres con los solsticios

La profunda oscuridad que envuelve a todos los yacimientos de carácter religioso es un incentivo para buscar esa luz, que por tenue que sea, debe ser seguida. Cuando iniciamos la búsqueda, tan sólo existía frustración al no poder dar soluciones a los elementos primordiales de su pensamiento. “…el desconocimiento en casi todos los casos de sus principios cosmogónicos, o de las creencias más singulares de sus manifestaciones religiosas, no nos permite añadir muchas más cosas…” Antonio Tejera (1998).
El ímpetu y el empeño han dado sus frutos. Aplicando nuevos métodos de trabajo, nuevos enfoques a la investigación pudimos comprobar la perpetua relación entre los antiguos pobladores, por el momento de La Palma y El Hierro, con el Sol, confirmando lo que las “crónicas” nos adelantaban: el culto al sol entre los aborígenes canarios.
Los grabados rupestres herreños presentan la misma técnica de ejecución que en La Palma. Se realizaron mediante picado continuos, esto es, la percusión continuada de la superficie con la intención de realizar trazos homogéneos y profundos. La mayoría se realizaron sobre afloramientos rocosos y en las cornisas de las cuevas con excepción de las estaciones de La Restinga y el Julan, únicos yacimientos publicados de la Isla en el que los grabados fueron realizados en el suelo. Predominan los motivos alfabetiformes, aunque se desarrollan otros de carácter geométrico.
Con una brújula en la mano y sin tener en cuenta la variación magnética producida por el territorio volcánico, establecimos los solsticios en torno a los 70/80º (amanecer del verano), 120/130º (amanecer del invierno), 240/250º (ocaso del invierno) y 290/300º (ocaso del verano). Ahora cualquiera puede hacer lo mismo y se llevará una gran sorpresa al comprobar como los petroglifos herreños miran al sol en sus extremos (los solsticios).
Las estaciones estudiadas fueron: Julan, Tejeleita (roque), Tejeleita (cueva), Tejeleita (margen derecho), Roque del Cuervo, La Caleta y La Candia.

Julan
En la parte oriental de la isla, la ladera baja en suave pendiente hacia el espejo que forma el Mar de las Calmas; un paisaje de suaves coladas volcánicas y altos pastizales marcan la pauta en un paisaje de formas tranquilas, como el resto de la isla de El Hierro. Sin embargo, este trozo de piedra labrado a fuego fue el escenario de un importante hallazgo arqueológico que marcaría un antes y un después en la concepción de los antiguos pobladores de Canarias. En 1870, el herreño Juan Padrón descubrió que en las coladas volcánicas que bajan hacia el mar se dibujaban multitud de garabatos, círculos, líneas curvas y algunos extraños símbolos que, sin duda alguna, habían sido grabados en la roca por los bimbache.
En dos coladas fluidas que discurren sobre un interfluvio, situadas al oeste del tagoror y el inmenso conchero, se entrecruzan una buena diversidad de motivos geométricos y una importante muestra de caracteres del alfabeto líbico-bereber, en una cota entre los 200 y los 280 m.s.n.m. En total hay unos 400 motivos y/o caracteres distribuidos entre aproximadamente 80 paneles, difíciles de separar porque muchas veces no se sabe dónde empiezan ni dónde acaban.
En este caso, las coladas siguen una dirección que buscan el mar y el sol poniente durante el solsticio de invierno, al igual que los soportes individualizados sobre los que se asientan los grabados. En algunos casos (10 %) encontramos piedras grabadas en soportes que miran hacia los volcanes de La Restinga, que coincide con el amanecer durante el solsticio de invierno. Tejeleita (Roque)
Tejeleita es un barranco de cierta envergadura, por su profundidad y por sus casi 2 kms de recorrido, ubicado en la parte este de la Isla, por debajo del núcleo poblacional de Valverde.
El yacimiento en cuestión se encuentra en lo más alto de un roque de unos 6 m. Está formado por un solo panel con dos líneas de caracteres alfabetiformes orientado al ocaso del solsticio de invierno.

Tejeleita (cueva)
La morfología del barranco le dota de importantes saltos de agua que han socavado en su lecho profundas cavidades donde este elemento queda embalsado; son las denominadas eres que, en ocasiones, eran los únicos aportes para la población aborigen y sus ganados.
En el margen izquierdo se abren varias covachas que fueron utilizadas como morada y “decoradas” sobre las cornisas con 7 paneles predominando los motivos alfabetiformes:
1.- Varios signos geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
2.- Cinco líneas con escritura y motivos geométricos sueltos orientados al amanecer del solsticio de verano.
3.- Motivos geométricos orientados al alba del solsticio de verano.
4.- Panel compuesto por alfabetiformes y geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
5.- Una línea de escritura orientada al alba del solsticio de verano.
6.- Varios motivos geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
7.- Tres líneas de escritura orientadas al alba del solsticio de invierno.

Tejeleita (margen derecho)
En el margen derecho del barranco a la altura de las cuevas encontramos 5 paneles con motivos geométricos (los más parecidos a La Palma) sobre grandes rocas:
1.- Tres geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
2.- Un meandro orientado al ocaso del solsticio de invierno.
3.- Varios motivos geométricos orientados al alba del solsticio de invierno.
4.- Dos herraduras orientadas al ocaso del solsticio de invierno.
5.- Dos motivos geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.

Roque del Cuervo
El yacimiento se sitúa en el margen izquierdo del Barranco del Cuervo (Valverde), muy cerca de Tejeleita, sobre el típico afloramiento de basalto. Está formado por 9 paneles:
1.- Nueve motivos geométricos orientados al amanecer del solsticio de verano.
2.- Un círculo orientado al alba del solsticio de invierno.
3.- Dos líneas alfabetiformes orientadas al amanecer del solsticio de invierno.
4.- Unos 10 motivos alfabetiformes y geométricos orientados al alba del solsticio de invierno.
5.- Una forma geométrica tipo damero orientada a la puesta en el solsticio de invierno.
6.- Tres círculos orientados al alba del solsticio de invierno.
7.- Unos 8 círculos orientados al ocaso del solsticio de invierno.
8.- Unos 12 motivos alfabetiformes y geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
9.- Cuatro caracteres alfabetiformes orientados al amanecer del solsticio de invierno.

La Caleta
En el mismo rompiente marino del núcleo de La Caleta, situado en la costa de Valverde, se encuentra un roque de basalto con 4 paneles alfabetiformes:
1.- Compuesto por cuatro líneas de escritura orientados al ocaso del solsticio de invierno.
2.- Tres líneas de escritura orientadas al ocaso del solsticio de invierno.
3.- Otras tres líneas orientadas al ocaso del solsticio de invierno.
4.- Cuatro líneas alfabetiformes orientadas a la puesta del solsticio de verano. Es el único caso registrado en la Isla que se orienta a la puesta solar del verano.

La Candia
La estación de grabados rupestres se encuentra en un caboco, en la parte baja del barranco. Fue dada a conocer por el Padre D. Aquilino Padrón en el año 1875 y se compone de dos núcleos cercanos entre sí, el primero de ellos ocupa la cornisa de una cueva situada bajo un salto de agua en el barranco que da nombre a la estación; el segundo conjunto de grabados se localiza en un roque cercano a este último.
Los motivos grabados están ejecutados mediante la técnica del picado. En general se trata de signos alfabéticos de la escritura líbico-bereber, combinados con otros de carácter geométrico.
En la primera estación (cornisa de la cueva) hay 6 paneles:
1.- Geométricos orientados al amanecer del solsticio de verano.
2.- Unas 10 líneas alfabetiformes y otros motivos geométricos intercalados orientados al alba del solsticio de invierno.
3.- Unas 5 líneas alfabetiformes orientadas al amanecer del solsticio de verano.
4.- Formas geométricas con predominio de los círculos orientados al amanecer del solsticio de verano.
5.- Alfabetiformes y geométricos orientados al alba del solsticio de invierno.
6.- Dos líneas de escritura orientadas al amanecer del solsticio de invierno.
La segunda estación se sitúa a unos 25 m de distancia y se compone de 3 paneles:
1.- Varios motivos geométricos orientados al amanecer del solsticio de invierno.
2.- Alfabetiformes orientados al alba del solsitcio de invierno.
3.- Alfabetiformes orientados al alba del solsticio de invierno.
Hay varios paneles rayados y otros picados de carácter reciente que no guardan relación con los solsticios.
En definitiva, estudiamos poco más de 100 paneles que contienen unos 800 motivos en los que predomina, casi de forma absoluta, la orientación al sol del invierno, aquel que marca el fin y el inicio del nuevo año.

Estadísticas generales:
31 paneles hacia el amanecer del solsticio de invierno.
72 paneles hacia el ocaso del solsticio de invierno.
7 paneles hacia el amanecer del solsticio de verano
1 panel hacia el ocaso del solsticio de verano.

26 septiembre 2007

Grabados rupestres del Barranco de Las Canales (El Cementerio, El Paso)

Estación rupestres situada en la vertiente oriental de la Isla, sobre los 600 msnm, muy cerca del cementerio municipal de la ciudad de El Paso. Se encuentra emplazada en las paredes verticales de un caboco que se forma el Barranco de Las Canales, en dos grupos bien diferenciados y separados unos 15 m.
En total contabilizamos 11 paneles con un número mucho mayor de motivos. Tenemos que reconocer que se nos hace difícil dividir paneles que parecen un continuo por el desarrollo espectacular de los motivos, predominantemente meandros, grecas y espirales de gran tamaño y con variaciones de dirección, todos grabados con técnica de picado indirecto.
A continuación establecemos el tipo de grabado, las mediadas de los paneles y la orientación (con brújula) del soporte:
1.- Meandriforme, de 80 x 65 cm. 240º
2.- A) Meandriforme, de 60 x 45 cm. 245º
B) Meandriforme y espiraliforme (3 motivos), de 153 x 100 cm. 290º
3.- Meandros y grecas, de 50 x 30 cm. 295º
4.- Espiral y meandro, de 22 x 22 cm. 245º
5.- Meandros, de 85 x 35 cm. Presenta una doble orientación 290º y 330º
6.- Espiral, de 70 x 60 cm. 295º
7.- Espirales y meandros (3 grandes motivos), 80 x 200 cm. 240º
8.- Meandros, espirales y grecas, de 142 x 160 cm. 250º
9.- Meandros y espirales, de 115 x 60 cm. 300º
10.- Espirales, meandros y grecas, de 135 x 130 cm. 300º
11.- Espiral con meandros, 40 x 40 cm. 300º
Con la brújula, sin tener en cuenta la variación magnética del lugar, el sol del verano se pone en torno a los 295º, mientras que el sol del invierno sobre los 245º.
El lugar fue elegido por la particularidad de la triple orientación de las rocas: en primer lugar, coincidiendo con la puesta de sol durante el solsticio de verano por medio de una grieta que forma un roque situado a unos 50 m del lugar, que a su vez, contiene un motivo circuliforme orientado hacia el alba del solsticio de invierno (7 paneles). En segundo lugar, la puesta de sol durante el solsticio de invierno por la vertiente del barranco que hoy contiene el muro exterior del cementerio (5 paneles) y, en tercer lugar, y esto es bastante original, un grabado que se orienta (330º) en la dirección exacta con el Bejenado (la montaña sagrada más espectacular del Valle de Aridane, objeto de adoración por los naturales de esta zona). Este hecho se repite también en un gran panel que se encuentra en otra estación rupestre cercana, el Lomo de La Fajana.
Por último,debemos destacar la puesta de la luna llena del invierno por la señalada grieta poco antes del amanecer.

25 septiembre 2007

Marcador astronómico del Llano de Las Lajitas (Garafía)

Situado a más de 2.100 msnm, El Llano de Las Lajitas está conformado por 19 amontonamientos de piedras construidos mediante un perímetro de lajas hincadas en el terreno y rellenos de rocas y lajas de diferentes tamaños, de entre 2 y 4 m de diámetro y apenas 1,5 m de altura.
Su ubicación obedece a una clara intención de marcar el inicio del Año Nuevo que se produce en el solsticio de invierno por detrás de la montaña más elevada de la Isla, el Roque de Los Muchachos. El solsticio de verano está demarcado en el horizonte (Cabeceras del Barbudo) por 4 construcciones similares a las descritas en Las Lajitas que, a su vez, se alinean con la "Gran Montaña". Por su parte, el equinoccio se produce por detrás de la mole de Fuente Nueva.
Los 19 amontonamientos coinciden en número con los años del ciclo lunar (18,6), que se puede observar durante la primera luna llena del verano, coronando el Roque de Los Muchachos.
Todos estos lugares están acompañados por símbolos con formas geométricas grabados en piedras dirigidos a la diosa solar Abora.

17 agosto 2007

Amontonamiento del Morro de La Cebolla




A parte de los grabados rupestres y los canales y cazoletas, en La Palma existe otro tipo de yacimiento ritual consistente en un amontonamiento de piedras de forma circular de pequeñas proporciones (máximo 3 m de diámetro y 1,5 m de altura). Se distribuyen por la alta montaña que contornea la Caldera de Taburiente y existen más de 60.
Su ubicación no es casual, obedece a un sistema que marca el final de un ciclo y el principio de un nuevo año al orientarse con un accidente topográfico destacado en el terreno (principalmente el pico montañoso más destacado) el amanecer del sol durante el solsticio de invierno.
En la secuencia de fotos podemos observar como el sol de la navidad surge por una hendidura (por efecto visual) sobre la montaña que está junto al Teide, en la isla de Tenerife.


16 agosto 2007

Estación rupestre del Cementerio (El Paso)



A unos 600 msnm en el municipio de El Paso (isla de La Palma, Canarias), en el cauce de un pequeño barranco existe un caboco (pared de basalto que se desparrama por el cauce produciendo un salto de agua) con tres covachitas, sobre las cuales se distribuyen 11 agrupamientos de motivos geométricos (espirales, meandros, grecas), algunos de gran desarrollo con un tamaño cercano a 1 m.
El yacimiento se diferencia, por su ubicación, en dos grupos separados unos 15 m de distancia.
Lo que tiene de especial este centro ceremonial es que a unos 50 m de distancia hay una peña que dibuja una abertura en el centro por donde se esconde el sol del atardecer drante el solsticio de verano.
Los motivos están orientados en 5 paneles al ocaso del solsticio de verano, 7 paneles al ocaso del solsticio de invierno y 1 en dirección a la sagrada montaña del Bejenado.
Es algo verdaderamente espectacular de observar.











Grabados rupestres de La Erita-Barranquera Abierta


Por encima de los 2.100 m de altitud, hacia el interior del espectacular cráter de la Caldera de Taburiente se encuentra uno de los conjuntos rupestres más importantes de la isla de La Palma (islas Canarias). En la imagen podemos apreciar la existencia de dos piedras con tres caras en las que se grabaron motivos geométricos circulares, espirales y meandros.
La piedra situada en segundo plano contiene unos meandros y círculos orientados hacia el amanecer durante el solsticio de invierno.
La piedra situada en primer plano abarca dos motivos con meandriformes, espiraliformes y círculos con doble orientación hacia el sol de la Navidad y hacia el sol del verano.
Otro ejemplo más de la orientación astronómica de los espacios religiosos de la cultura awara.

07 julio 2007

La Erita (Santa Cruz de La Palma, islas Canarias)





La Erita
La cumbre de la isla de La Palma es idónea para la observación de los astros. Uno de los complejos arqueológicos más interesantes de la Isla se encuentra a 2.000 m de altitud, en el término municipal de Santa Cruz de La Palma. Es un santuario prehispánico que destaca por la cantidad de petroglifos (más de 80 paneles) y su originalidad (espirales, meandros, círculos y óvalos), grabados sobre todo en dos grandes diques de similares dimensiones y formas. Están separados unos 20 m y miden 10 m de largo por 4 m de alto.
Si nos situamos en los extremos opuestos a la puesta del sol durante el solsticio de invierno, observaremos como los dos diques hacen lo mismo: van al encuentro de Abora (el sol). Y esto sólo lo podremos observar en los días de Navidad, al igual que lo hicieron nuestros antepasados los awara.
Por ello, este lugar es tremendamente mágico y sagrado.

29 junio 2007

lunasticio de verano en el Roque de Los Muchachos (isla de La Palma, Canarias)






Desde el santuario prehispánicos de Las Lajitas, con 19 amontonamientos de piedra y casi un centenar de grabados rupestres, la primera luna llena después del solsticio de verano asoma por la base sur de la montaña más alta de la isla de La Palma.
A lo largo de su ciclo (18,6 años) irá rodeando la sagrada montaña.

25 junio 2007

Canales y cazoletas en Puntagorda (isla de La Palma, Canarias)



Espacio sagrado y ritual compuesto por más de 50 cazoletas (algunas de gran tamaño) y pequeños canales que las unen, sobre una plancha de toba volcánica inclinada hacia la puesta de sol durante los días del solsticio de verano.

24 junio 2007

Montaña de Bravo (Puntagorda), espiral, cazoletas y canales

Montaña de Bravo
En el noroeste de la isla de La Palma (Canarias), en el municipio de Puntagorda se encuentran varios yacimientos arqueológicos de carácter ritual, reproducidos sobre bloques de toba volcánica cuya disposición natural va en dirección a la puesta del sol del verano.

19 junio 2007

Canales y cazoletas del Morro de Las Nieves

El saliente de la roca donde están excavadas las cazoletas y los canales va al encuentro del sol en el amanecer del primer día del verano.

25 mayo 2007

Curso sobre arqueoastronomía


Curso sobre arqueoastronomía.
La Complutense, en sus cursos del verano del Escorial, impartirá uno sobre
arqueoastronomía.
www.ucm.es/info/rsef/Arqueoastronomia.pdf




CURSOS DE VERANO DE EL ESCORIAL 2007
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

ARQUEOASTRONOMÍA: UNA INVESTIGACIÓN MULTIDISCIPLINAR
Fecha: Del 11 al 13 de julio
PROGRAMA

MIÉRCOLES, 11 DE DE JULIO
10.30 h. María Luisa Cerdeño Serrano; Gracia Rodríguez Caderot
Inauguración
12.00 h. Juan Antonio Belmonte, coordinador de Proyectos del Instituto de Astrofísica de Canarias, presidente de La Sociedad Europea de la Astronomía en la Cultura (SEAC)
La Arqueoastronomía en Europa: la singularidad del caso español
16.30 h. Mesa Redonda: Arqueología y Astronomía. Encuentros y desencuentros
Participan: María Luisa Cerdeño Serrano; Gracia Rodríguez Caderot; Javier Mejuto González; Juan Antonio Belmonte; Socorro López Plaza, profesora titular del Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Salamanca

JUEVES, 12 DE JULIO
10.00 h. Magda Stavischi, astrónoma del Instituto Astronómico de la Academia de Rumanía. Miembro del grupo de trabajo “Astronomy and World Heritage”
Astronomy Heritage, an important tool for education
12.00 h. Felipe Criado Boado, profesor de investigación en el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, coordinador científico-técnico del Área de Humanidades y Ciencias Sociales del CSIC. Marco García Quintela, Profesor Titular, Departamento Historia Antigua, Universidad de Santiago de Compostela.
La Arqueología del Paisaje. Una extensión a la Astronomía
16.30 h. Mesa Redonda: La Arqueoastronomía: perspectivas diversas
Participan: María Luisa Cerdeño Serrano; Gracia Rodríguez Caderot; Javier Mejuto González; Juan Antonio Belmonte; Magda Stavischi, Felipe Criado Boado; César Esteban, investigador del IAC y profesor titular de la Universidad de La Laguna

VIERNES, 13 DE JULIO
10.00 h. Stanislaw Iwaniszewki, Museo Arqueológico Estatal, Varsova, Polonia, Escuela Nacional de Antropología de México
Luces y sombras en la Astronomía Cultural
16.30 h. María Luisa Cerdeño Serrano; Gracia Rodríguez Caderot
Arqueoastronomía: perspectivas de futuro
Clausura y entrega de diplomas

El secreto de los Awara



El secreto de los Awara


Artículo del Canarias 7 sobre el "caboco de El Paso" como marcador de los solsticios en la cultura Awara.




Artículo en pdf en:






13 mayo 2007

Museo Arqueológico Benahoarita


Como no podía ser de otra manera, el nuevo museo arqueológico de Los Llanos de Aridane (isla de La Palma, Canarias) fue inaugurado, a toda prisa, el pasado 30 de abril por el Presidente del Gobierno de Canaria, elogiando el valor cultural, educativo y turístico que tendrá este nuevo edificio. Pretende ser una referencia cultural imprescindible para la Isla, mostrando a los visitantes el hábitat, industrias, aprovechamiento del medio y creencias mágico-religiosas de los pobladores palmeros prehispánicos. Un museo no es algo que se inaugura y ahí queda sino que debe tener vida propia, porque museo arqueológico de este tipo, en formato reducido, tenemos en Belmaco (Villa de Mazo) o La Zarza (Garafía).
El edificio es una buena obra de la arquitectura moderna, amplia y luminosa; sin embargo, la ubicación y el acceso no están señalizados, la calle está sin asfaltar, los aparcamientos no están adaptados para que una guagua pueda entrar y dar la vuelta.
El espacio exterior está sin rematar, la supuesta zona ajardinada ¡que pena! podría haber sido aprovechada para la creación de un parque arqueobotánico, con muestras vivas de las plantas que se usaron en la época prehispánica para su alimentación, medicina, confección de ropas, esteras, maderas para los diferentes usos domésticos y sepulcrales, así como otros utensilios. La arqueología ha podido constatar varias de estas especies y las crónicas de la conquista ofrecen citas abundantes de los árboles y plantas más usadas, o aquellas legendarias como el drago. Además este espacio arqueobotánico podría contener reproducciones de cabañas permanentes y/o estacionales. En ese mismo espacio, con un fin fundamentalmente pedagógico, se podría haber reproducido una escenografía de una excavación arqueológica con estratigrafías de cualquier yacimiento de los que hay en la Isla, de modo que se de a conocer la tarea de los arqueólogos y el saber que nace de esa ciencia. Mediante unos paneles se explicaría cómo trabajan los arqueólogos y los materiales e instrumentos de investigación que utilizan.
Entramos en el edificio. De entrada, el ambiente es frío, falta información, no se encuentran grandes pancartas que anuncien el recinto, no hay ni una guía, ni folletos explicativos generales o temáticos. Por otra parte, el marketing nos demuestra, en el día a día, que la música es una herramienta muy utilizada para vender un buen producto –de eso saben mucho las grandes superficies-. Partiendo de ahí, en un moderno museo como este, no estaría de más una sutil música y proyección audiovisual que nos invite a adentrarnos en tiempos pasados.
La exposición permanente está en la planta superior. En apenas 20 minutos podremos concluir el recorrido. Una proyección sobre la isla de La Palma te da la bienvenida. Luego se mezcla el origen del hombre, la génesis geológica de la Isla y paneles, con demasiado protagonismo a nuestro juicio, sobre los cantones o demarcaciones territoriales aborígenes. La mejor zona de exposición se refiere a los restos cerámicos, líticos, óseos, pieles y malacológicos. Quizá, la peor sea la que hace referencia al mundo de la religión y sus principales manifestaciones. No se realza la cantidad y la importancia a nivel mundial que tienen las manifestaciones rupestres de La Palma y su relación con el cielo. El principio celestial es la base del pensamiento religioso de los awara. La madre Abora (sol) es el centro de la simbolización, la que organiza la naturaleza, la que la armoniza y da sentido inmanente a la vida. Iruene (la luna) es diametralmente opuesto. Nada de esto se destaca.
Vulgares reproducciones de un amontonamiento, de canales y cazoletas con unos textos muy pobres, dando la sensación de que fueron hechos cortando y pegando, sin tener conexión, en ocasiones, un párrafo con otro (como muestra, la relación, en un mismo texto, de canales y cazoletas con baladeros, o amontonamientos de piedras de La Palma con kerkus norteafricanos), lo que los hace poco didácticos, que no explican nada de lo que verdaderamente importa, el objetivo de esas manifestaciones rituales. No se han tenido en cuenta las últimas aportaciones al conocimiento de nuestra prehistoria y los datos colocados son los mismos de hace 20 años. Palmeros y foráneos no son conscientes del valor patrimonial que tenemos. El museo no lo resalta, no lo vende. Niños, jóvenes y adultos que nada saben de la prehistoria de La Palma no entienden una buena parte de esos textos.
A pesar de existir pantallas o monitores de proyección continua, se hecha en falta lo que más atrae a chicos y grandes, consolas informáticas interactivas con diferentes niveles de información adaptados al interés y comprensión personal de cada asistente (se nos ocurre, visitas virtuales de los yacimientos de la Isla), con capacidad para entretener, divertir y educar. La información no solo debe entrar por la vista a través de la lectura, sino por otros canales sensoriales, con la imagen comentada -voz en off- como formato avanzado de autoguía. Estas características actúan como atractivos imanes para cualquier visitante, a quienes se intenta apasionar, sean expertos o no. El motivo es que la ciencia arqueológica nos acerque a nuestros ancestros, a nuestro pasado más remoto, para comprender la globalidad de la evolución de forma entretenida sin perder su rigor científico.
Se termina la visita y la gente sale del museo con la sensación de haber visto poco y sin saber casi nada de quienes fueron los aborígenes palmeros, de dónde procedían, cómo y de qué vivían, su estructura social, qué estrategias de subsistencia desarrollaron, cuál era su pensamiento religioso, sus costumbres funerarias, mitos y leyendas. No se ha sabido vender la riqueza arqueológica que atesora nuestra Isla. Encima, decides llevar algún recuerdo porque ves que se anuncia una tienda y, por mucho que la busques, no está, no existe. Sales a la calle sin ningún libro, sin ningún folleto, ni un triste tríptico o souvenir. Por no haber, no hay ni un libro de quejas y sugerencias.
Por último, gran parte de la vida del museo no se la van a dar los investigadores sino la sociedad, el pueblo de Los Llanos de Aridane y el resto de los palmeros. Fomentar la participación ciudadana empezando por la base, los colegios e institutos, todo tipo de asociaciones e instituciones lograrán que el museo perdure en el tiempo. La nueva andadura del mab debería combinar aquel antiguo afán coleccionista, que les llevó a fundar museos que se limitaban a guardar restos clasificados, con las nuevas tecnologías más vanguardistas como instrumento educativo capaz de captar la atención del público y marcar una diferencia con lo ya existente en la Isla.
Esperamos algo más de un museo del siglo XXI.
Artículo extraído del periódico "La Voz de La Palma" (mayo 2007)

08 mayo 2007

Observatorio solar de Perú asombra al mundo

















Diarios como El Comercio, La Nación, El País, La Vanguardia, Clarín, El Mundo, El Universal, dan cuenta sobre un informe de la revista Science respecto al descubrimiento del Observatorio Solar precolombino construído en la cima del monte Chankillo (Casma, costa norte del Perú) y que tiene 2 mil 300 años de antiguedad, siendo considerado el más antiguo de América. El hallazgo arqueológico más importante es una fila de 13 torres de piedra que coronan la ladera de una montaña costera, levantadas en línea, de norte a sur sobre la cima del monte Chanquillo, que indicaban con precisión el desplazamiento anual del Sol, así como los solsticios y los equinoccios. Además, contiene dos puntos artificiales de observación separados por unos 200 metros con una especie de fortaleza rodeada por tres anillos concéntricos. Las 13 torres forman un horizonte artificial, con picos e intersticios de intervalos regulares. Este horizonte ocupa aquella porción del firmamento recorrida por el Sol durante el año, de solsticio a solsticio.
Su construcción revela que el conocimiento de la astronomía existía en la región desde antes del imperio inca, según los arqueólogos Iván Ghezzi, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y Charles Ruggles, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido. También son una prueba de que en ellos se realizaban rituales religiosos vinculados con los fenómenos astronómicos. El sitio de dos mil 300 años de antigüedad remite a una sofisticada cultura que usó el espectacular alineamiento del sol y las estructuras para efectos políticos y ceremoniales. Según Science "En Chankillo sobresale las evidencias de observaciones del horizonte solares tempranos y de la existencia de cultos sofisticados al Sol, casi 2 mil años antes que los Incas". Otra maravilla del Perú y de los maravillosos peruanos para el mundo.

07 mayo 2007

como orientar los yacimientos prehistóricos de La Palma



En este blog tenemos información sobre la orientación de los yacimientos prehistóricos en la isla de La Palma (canarias). "A nivel de calle", para que cualquiera lo pueda comprobar, con una simple brújula (teniendo en cuenta la gran variación magnética de una isla volcánica, la altitud a la que se encuentra el yacimiento arqueológico y el sitio en concreto), los cuatro puntos solsticiales (ortos y ocasos) se producen aproximadamente como sigue:


a) amanecer del solsticio de verano: 70/80º Latitud Norte

b) amanecer del solsticio de invierno: 120/130º "

c) ocaso del solsticio de invierno: 240/250º "

d) ocaso del solsticio de verano: 290/300º "


¿Cómo se puede orientar un amontonamiento de piedras de la cumbre de la Isla?

Desde el centro del amontonamiento con un perfil destacado de la topografía más cercana (casi siempre el pico más sobresaliente). Podemos comprobar como al amanecer del sol de navidad (solsticio de invierno) asoma por detrás del punto topográfico referencial que tenemos en frente.


¿Cómo se orientan los yacimientos de canales y cazoletas?

Se orienta la línea que marca el propio soporte, normalmente un bloque de toba o "jabrusco", casi siempre en dirección a la posición del sol durante el solsticio de verano.


¿Cómo se orientan los grabados rupestres?

En la mayoría de los casos (95 %) el mismo soporte donde están tallados los motivos (la cara a donde mira) y en otros casos, la dirección que toma el soporte (caso de diques). Aquí, la orientación abarca los cuatro pilares sagrados: ortos y ocasos de ambos solsticios.

01 mayo 2007

El Museo Arqueológico abre sus puertas

El Museo Arqueológico de La Palma abre sus puertas.

El Museo Arqueológico Awara abrió ayer sus puertas. Una infraestructura clave, no sólo para el desarrollo cultural de La Palma, que tendrá en este centro además de un referente para la investigación y divulgación del conocimiento prehispánico de la Isla, un polo de atracción para el desarrollo turístico y, por tanto, socioeconómico. Ubicado en el casco histórico de Los Llanos de Aridane... + información

Tras varios años de intensas obras y más de 4 millones de euros de inversión, se ha creado un espacio ideado para la conservación, investigación, difusión y conocimiento de la cultura aborigen de La Palma. El edificio pretende ser una referencia cultural imprescindible para la Isla, mostrando a los visitantes el hábitat, industrias, aprovechamiento del medio y creencias mágico-religiosas de los pobladores palmeros prehispánicos. Para ello se han utilizado los más modernos medios audiovisuales y museográficos disponibles en la actualidad... + información
La Palma tiene en la ciudad de Los Llanos de Aridane un lugar de encuentro con su historia. El Museo Arqueológico Benahoarita (Mab), estrenado ayer, constituye un espectacular cofre donde se custodian valiosas piezas aborígenes de más de 2.500 años de antigüedad... + información

25 abril 2007

Los awara y los vínculos entre la tierra y el cielo

Los antiguos pobladores de la isla de La Palma, los awara, entendieron que en el cielo se encontraba su máxima expresión cosmogónica: la Madre Abora, identificada con el sol, realidad incuestionable y fecunda, la que con su movimiento da origen al espacio y al tiempo, trae el orden, la armonía y las leyes de la naturaleza. Esta aparente y, a la vez, contundente conclusión destaca por ser la aportación más fructífera de la prehistoria de Canarias.
Después de muchos años de prospección sobre el abrupto territorio de la isla de La Palma, siguiendo una línea de investigación innovadora estructurada en los propios patrones de la ecología insular; después de asimilar una amplia bibliografía y utilizar numerosas fuentes de información de otras ciencias cercanas a la arqueología, como son la geografía, la etnohistoria, la sociología, la antropología… y otras que parecen más alejadas como la astronomía, tan sólo nos bastó un cambio de mirada para catalogar más de 170 yacimientos prehispánicos de carácter ritual que nos han ofrecido una riquísima información sobre su pensamiento religioso.
Hace ya más de 40.000 años que se viene fraguando la idea de que el sentido de la vida de los humanos estaba en el cosmos. Los fenómenos atmosféricos inexplicables para la mentalidad de aquellos hombres del Paleolítico encontraron pronto respuestas en el cielo. Allí arriba se manifestaban las señas de una identidad sagrada cósmica. Los movimientos del sol, la luna, los planetas y las estrellas más brillantes empezaron a estudiarse, llegándose a alcanzar grandes conocimientos en las antiguas civilizaciones.
Distintos pueblos le dieron al estudio de la bóveda celeste la prioridad de los esfuerzos cognitivos para intentar poner el orden en el mundo exterior que los abarca y su incidencia directa sobre el entorno mediambiental que habitaban.
La naturaleza de La Palma escondió durante más de 500 años los secretos de un grupo de hombres y mujeres que miraban al cielo muy diferente a como lo hacemos hoy. Su secreto, no confesado, ha entrado en nuestras mentes por medio de los conceptos y las ideas que provocaron el arranque de una reacción en cadena desde que nos reencontramos con el espacio ritual del Llano de Las Lajitas, al pie del Roque de Los Muchachos, la montaña más alta de la isla de La Palma y puerta de entrada al desconocido mundo.
Los aborígenes canarios así lo entendieron hace muchos años, su mirada fue “celestial” y su religión naturalista antes que inconcreta, se inspiraron en el medio volcánico y orográfico, proyectando hacia el universo perceptible y no perceptible e incorporando sobre todo elementos procedentes del ámbito celeste. Lo sagrado llegó a ser equiparado con la fuerza fecundante y regeneradora que rige el cosmos. La energía «biocósmica» recorría los seres y las cosas, los penetraba y los dotaba de entidad. Los dioses, que tenían una responsabilidad máxima en la conservación del mundo, en su orden y su funcionamiento, necesitaban grandes dosis de esa vida esencial que aportaban los humanos. La religión awara descansaba también en el arte, en la expresión. La representación del universo se ajustaba entonces a los modelos topográficos y geológicos de la Isla (simbiosis entre amontonamientos y las montañas) y el cielo por el que se mueven las nubes de lluvia y los astros, en donde se producen las tormentas, el frío, la luz y el calor.
La creencia de este pueblo ganadero es esencialmente celeste. Sus andanzas sobre lomos, barrancos y montañas de la Isla los ligan irremediablemente con el cielo, debiendo atenerse en sus costumbres a los grandes ciclos cósmicos. El awara no podía concebir que el cosmos camine por una senda distinta a la humana. El humano está conectado a la naturaleza. Nos encontramos, de este modo, ante una práctica de religión dirigida a los elementos naturales: el cielo y sus elementos (astros, estrellas…), la tierra y sus elementos (montañas, bosques, fuentes…).
Pero muchos se preguntarán dónde podemos encontrar algún testimonio de ese culto. La respuesta es contundente:
a) En los amontonamientos de piedras, pilares cósmicos situados en las cumbres que bordean la Caldera de Taburiente, que toman como referencias topográficas más destacadas en el paisaje los picos más altos, coincidiendo con la salida del sol en el solsticio de invierno.
b) Los canales y cazoletas, cuyos soportes se orientan al solsticio de verano y sobre los que se realizaban ritos de derramamiento de leche o agua, alimentos divinos, como acto simbólico cuya finalidad va unida a que Abora “no pierda fuerzas” y continúe su trayecto cíclico anual.
c) Los símbolos grabados en las piedras, los petroglifos, emblemas de Abora que emulan y recrean la energía del cosmos mediante un formato geométrico de líneas ondulantes (círculos, semicírculos, espirales, meandros, grecas, en infinidad de combinaciones) que representan un todo continuo, sin principio ni fin, y se las suele usar entrelazadas, siempre en movimiento, van y vuelven al punto de partida: los dos extremos solsticiales. Esto es, el ciclo de la vida.
Las conclusiones del trabajo están publicadas en el libro “Abora” del prehistoriador Miguel A. Martín González.

21 abril 2007

Amontonamientos de piedras en las cabeceras de los barrancos del Cedro y el Barbudo

A más de 2.000 m de altitud, en el término municipal de Garafía, en la isla de La Palma (Islas Canarias), se encuentra un conjunto cultual formado por cuatro amontonamientos de piedras de unos 3 m de diámetro por 1 m de altura y una veintena de grabados rupestres, así como varias cabañas y restos cerámicos y líticos.
La importancia de este lugar radica en su disposición (la de los amontonamientos) que siguen una línea en proyección al Roque de Los Muchachos, el pico montañoso más alto de la Isla y es marcador al amanecer durante el solsticio de verano desde el centro ceremonial del Llano de Las Lajitas (situado a unos 500 m de distancia). Asímismo, destaca por ser uno de los pilares del esperado acontecimiento anual producido por el surgimiento del sol durante el solsticio de invierno, cuando asoma, en el amanecer, por detrás del pico de Fuente Nueva, hoy relleno con algunas de las construcciones del moderno centro astrofísico.

27 marzo 2007

El Derecho a heredar nuestro Cielo.


El Derecho a heredar nuestro Cielo.
El marcador astronómico del Llano de Las Lajitas (Garafía)

(Área temática: El recuerdo de las civilizaciones)
StartLight2007
Nuestro primer trabajo, pionero en este campo de la ciencia que relaciona la arqueología con la astronomía, se realizó en las mismas faldas de la mole más alta de la Isla (Roque de Los Muchachos), sobre un terraplén de suave pendiente donde se encuentra el conjunto cultual prehistórico del Llano de Las Lajitas. Este lugar situado a 2.180 m de altitud fue el elegido por los awara (antiguos pobladores de la isla de La Palma) para construir 19 sólidos montículos de piedra de grandes lajas fuertemente hincadas en el terreno, formando un perímetro circular –algunos con más de 3 m de diámetro- relleno de rocas de diferentes formas y tamaños, de alturas inferiores a 1 m, con predominio de lajas y cascajos, acompañados de símbolos geométricos grabados sobre la roca que hacen de este espacio un yacimiento arqueológico único, un verdadero monumento ligado a la observación de los astros. Para el pensamiento antiguo, un pilar del cosmos.
Desde este espacio sagrado se puede observar cada año, durante el solsticio de invierno, como el sol asoma justo por detrás de la mole del Roque de Los Muchachos. Asimismo, a unos 600 ó 700 m hacia el Este, se construyeron cuatro amontonamientos de piedra -alineados con el Roque de Los Muchachos- para indicar la llegada del solsticio de verano, configurando un marcador astronómico.
La siguiente pregunta es ¿Por qué 19 amontonamientos? La observación de la primera luna llena después del solsticio de verano puede tener la respuesta. Las distintas lunaciones anuales durante su ciclo de 18,6 años, van dibujando un arco en torno a la emblemática montaña. Por eso, la hipótesis que cobra más sentido actualmente es la relación entre los 19 amontonamientos y las 19 lunas que completan el ciclo.
Para nuestros estudios utilizamos programas informáticos que simulan el cielo en cualquier época del año, tales como el Cartes du Ciel, Starry Night o The Sky. Tomamos datos de azimut, medida horizontal desde el Norte con una brújula, y altura, desde la línea vertical respecto al horizonte con un clinómetro, ambas mediciones en grados. También es importante nuestra posición exacta sobre la Tierra, para lo cual utilizamos un GPS.
Al introducir todos estos datos en el programa obteníamos una imagen casi real de lo que sería el horizonte que nos rodeaba. Si a esto añadimos la fecha que queremos estudiar, la sorpresa puede llegar a ser mayúscula… y así nos sucedió. Éramos capaces de observar lo que los antiguos awara veían. Por supuesto, hay pequeños errores de precesión, debido al movimiento de balanceo del eje de rotación terrestre, pero estos son inapreciables.
Queremos entender lo que sucedió hace miles de años… es nuestro sueño, el sueño de Iruene La Palma.

21 febrero 2007

Los eclipses totales de sol durante el período prehispánico en la isla de La Palma (Isla Canarias)


Sencillamente, los eclipses tienen lugar cuando el sol, la luna y la tierra están en línea recta. Dependiendo de la posición del sol y de la luna se dará la variable de eclipse solar o lunar. Los eclipses totales de sol tienen lugar cuando la sombra de la luna alcanza la tierra. La duración máxima de un eclipse total de sol es de unos 7,5 minutos, pero estos eclipses son raros y sólo tienen lugar una vez cada varios miles de años. Un eclipse total, normalmente, se puede ver durante unos tres minutos desde un punto en el centro del recorrido de su fase total.
Para muchos pueblos y culturas ancestrales, los eclipses se han relacionado tradicionalmente con el fin del mundo, episodios catastróficos, malos augurios, etc. La Palma no era una excepción, aunque no sepamos qué significado tenía entre los awara.
Los awara (antiguos pobladores de la isla de La Palma) observaron en torno a unos 60 eclipses totales (que cubre en más de un 80 % la esfera solar) y otro tanto casi totales (cubre más de 50 % del disco solar) que denominamos parciales:
En el siglo III a.C., posible momento de llegada a esta tierra insular de los primeros pobladores beréberes del Norte de África, observaron dos totales (2 abril 283, 16 septiembre 255) y otros seis parciales.
Siglo II a.C. otros dos totales (17 agosto 179, 3 febrero 104) y cuatro parciales.
Siglo I a.C. tres totales (7 marzo 50, 12 noviembre 35, 30 junio 9) y cinco parciales.
Siglo I tres totales (3 diciembre 20, 30 abril 59, 27 diciembre 83) y tres parciales.
Siglo II cuatro totales (3 agosto 110, 5 noviembre 142, 28 diciembre 186, 3 junio 197) y uno parcial.
Siglo III tres totales (25 agosto 230, 29 enero 241, 16 agosto 258) y seis parciales.
Siglo IV dos totales (15 marzo 359, 8 septiembre 378).
Siglo V tres totales (18 junio 410, 20 agosto 472, 18 abril 497) y cuatro parciales.
Siglo VI tres totales (3 diciembre 541, 23 septiembre 591, 5 enero 596) y uno parcial.
Siglo VII cuatro totales (26 diciembre 604, 25 octubre 645, 13 septiembre 657, 28 enero 659) y dos parciales.
Siglo VIII cinco totales (14 julio 725, 7 noviembre 747, 5 julio 772, 16 agosto 779, 3 abril 786) y dos parciales.
Siglo IX cuatro totales (14 mayo 812, 6 julio 837, 28 agosto 881, 20 octubre 887) y tres parciales.
Siglo X dos totales (30 septiembre 935, 20 julio 985) y dos parciales.
Siglo XI seis totales (22 octubre 1017, 29 mayo 1025, 25 febrero 1058, 24 noviembre 1071, 16 febrero 1086, 25 diciembre 1098) y seis parciales.
Siglo XII cuatro totales (29 marzo 1112, 4 noviembre 1138, 26 enero 1153, 13 julio 1181) y tres parciales.
Siglo XIII cinco totales (28 febrero 1207, 15 octubre 1232, 3 junio 1239, 30 diciembre 1255, 25 mayo 1267) y seis parciales.
Siglo XIV dos parciales.
Siglo XV dos totales (19 septiembre 1438, 21 noviembre 1462) y seis parciales.
El último eclipse casi total que pudieron ver los awara fue el 21 de octubre de 1492, coincidiendo con la fase de conquista castellana.
El siglo con más eclipses de sol totales fue el XI y el que menos el XIV.

Miguel A. Martín

13 febrero 2007

Abora, la realidad suprema de la religión awara. Isla de La Palma (Islas Canarias)


(Este artículo fue publicado en Celtiberia.net v2.0 - Ver el X-présate el 7/12/1006).

Un estudio científico en el siempre comprometido período prehispánico en la isla de La Palma (archipiélago canario) ha demostrado la relación armónica que los antiguos pobladores de la Isla, los awara, entablaron con el espacio y el tiempo, regalando toda su vida a los cultos cósmicos en una geografía que estructuraron sobre los pilares solsticiales. Lo que ya era una sospecha desde que los primeros cronistas citaban al sol como la primera referencia espiritual en Canarias, se confirma con un exhaustivo estudio en los principales lugares sagrados de La Palma.El revolucionario descubrimiento es fruto de muchos años de investigación en la que se supo combinar las aportaciones de la arqueología con otras ciencias sociales como la antropología, la etnografía, la astronomía, etc. La metodología de un trabajo de campo consistió en la metódica ubicación de más de 150 yacimientos religiosos en el espacio, lo que le llevó a recorrer todos los ecosistemas insulares, así como la utilización de la brújula y programas informáticos que facilitaran un mejor conocimiento e interpretación de las orientaciones establecidas.El pensamiento antiguo, escribe Lévy-Strauss, entiende que la naturaleza es algo a lo que no hay que oponerse, ni si quiera intentar mejorarla, ni buscar independizarse de ella, puesto que la naturaleza es un don de Dios y por lo tanto es perfecta, incluso cuando se vuelve hostil, mediante mortíferas sequías, epidemias, hambrunas y la muerte, sigue estando ordenada. Esta exigencia de orden se encuentra en la base de todo pensamiento, pues cada cosa debe estar en su lugar, inclusive podríamos decir que es esto lo que la hace sagrada, puesto que al suprimirla, aunque sea en el pensamiento, el orden entero del universo quedaría destruido. Años de “soledad” recorriendo los caminos, barrancos, lomos y montañas de la Isla, la observación del paisaje, la vida, las formas, los colores, los sonidos de la naturaleza lo que les dio la llave para darse cuenta de las reglas religiosas que repetían sin cesar sobre el medio los aborígenes. Una vez que entendimos su procedimiento, comprobamos como todos los lugares con restos religiosos estaban en el sitio exacto (nos acercaremos a su cosmovisión).El movimiento regular y sin fin de la mayoría de los astros constituye una excelente pauta temporal: el astro sale detrás del horizonte, recorre una trayectoria en el cielo y se pone nuevamente detrás del horizonte. Los hombres de las sociedades tradicionales experimentaban la necesidad de habitar en un espacio ordenado, un cosmos. Una de las formas de ordenar o medir el tiempo es a partir de la observación de fenómenos astronómicos, buscando regularidades en su manifestación, es decir, procesos cíclicos. El desplazamiento cíclico del sol en el horizonte ofrece, entonces, un marco para la planificación anual cuyo resultado, al menos para la sociedad awara, son los momentos que estructuran el año solar en dos pilares: solsticio de verano (21 de junio) y solsticio de invierno (21 de diciembre). Desde puntos de observación específicos este desplazamiento aparente puede estudiarse y generar así un conocimiento, que en este caso fue primordial. La salida del sol es tan predecible que raramente nos detenemos a pensar lo que ocurre en el cielo o por qué. Nuestros aborígenes estudiaron su movimiento día tras día, año tras año. Sabían perfectamente que el sol sale y se oculta en diferentes lugares del horizonte cada día. En la búsqueda de la cultura, las mentalidades, la sociedad, la religión, el arte…el sol fue un maravilloso maestro.La investigación realizada en La Palma se estructuró en tres tipos de conjuntos ceremoniales de naturaleza distinta: amontonamientos de cumbre, canales y cazoletas y grabados rupestres.En la isla de La Palma existen actualmente unas 60 construcciones de piedras apiladas formando círculos variables en tamaño y alturas. Prácticamente todas se encuentran en las zonas altas de la Isla, sobre el contorno superior que bordea la gran depresión de Taburiente. Cerca del 90 % se sitúan en la amplia franja que rodea el Roque de Los Muchachos (entre las cotas de los 2.000 y 2.200 m. de altitud), y casi la mitad se ubican tan sólo en tres yacimientos pertenecientes al municipio de Garafía: Cabeceras del Barbudo, Las Lajitas y Cabeceras de Izcagua. Se orientaron 21 yacimientos con 52 amontonamientos, destacando 2 marcadores astronómicos en Las Lajitas y las Cabeceras de Izcagua IIIa. El protagonista absoluto aquí es el sol del invierno.Por otro lado, en los últimos años se han podido identificar más de una decena de recintos formados por cazoletas comunicadas entre sí por canales en tramas, a veces, complejas; y un número mucho mayor de cazoletas aisladas, en ocasiones combinados con grabados rupestres, lo que favorece la plegaria astral. Su dispersión abarca casi toda la Isla, principalmente en relación a los poblados permanentes de costa. Perforar la piedra para construir o fabricar cazoletas y canales tiene como modelo ejemplar una vez más la cosmología. Los recintos sagrados reactualizan de un modo ritual la cosmogonía. Destacan los entramados de Puntagorda, Morro de Las Nieves, Barranco de Domingo Díaz, Los Cascajos, etc. Ahora, el protagonismo lo acapara el sol del verano.Dejamos para el final el aparente complejo mundo simbólico representado por los petroglifos, elementos u obra artística que salpican la geografía insular. Sobre un soporte pétreo, aunque casi nunca en las mejores rocas, se dispersa un amplio repertorio de símbolos abstractos: más de 10.000 motivos repartidos entre los más de 300 puntos sagrados. Entorno a 280 estaciones de arte rupestre siguen existiendo, destacando las cumbres que bordean la Caldera de Taburiente con más de 170; el resto se dispersa por las costas y medianías. Por desgracia, muchos grabados han sido destruidos históricamente para roturar los terrenos, la construcción de carreteras, otras obras impactantes con el terreno y el paisaje y el coleccionismo. Se estudiaron 136 estaciones rupestres y 835 paneles distribuidos de la siguiente manera: 66 en Garafía, 16 en El Paso, 14 en Tijarafe, 11 en S/C de La Palma, 10 en Puntallana, 7 en San Andrés y Sauces, 4 en Barlovento, 3 en Mazo, 2 en Breña Alta, 2 en Puntagorda y 1 en Fuencaliente. Descubrir una nueva esencia significa ganar conocimiento. Cada nueva esencia adquirida multiplica nuestra capacidad y abre nuevas puertas a la investigación para comprender mejor el mundo que rodeaba a los primeros pobladores de Canarias. Este hallazgo va a permitir revisar los yacimientos prehistóricos de Canarias e, incluso, en otras partes de Europa y el norte de África

Miguel A. Martín González

05 febrero 2007

Los juegos aborígenes



Los juegos aborígenes están en peligro
El investigador José Manuel Espinel trabaja en la recuperación de los juegos de inteligencia tradicionales. Lleva más de 20 años estudiando los juegos.
( escrito para Canarias7 por Esther R. Medina Santa Cruz de La Palma)
El patrimonio lúdico del Archipiélago, que se remonta a la más remota antigüedad, está en peligro. Los juegos de inteligencia que practicaban los guanches corren el riesgo de desaparecer. El investigador y profesor José Manuel Espinel trabaja en su rescate.
Canarias está perdiendo buena parte de las múltiples señas de identidad que conforman la cultura tradicional por falta, principalmente, de motivación e interés, en especial político», sostiene el investigador y profesor José Manuel Espinel, que lleva más de 20 años estudiando «una de las parcelas del mundo cultural de nuestros antepasados menos conocida: los juegos de inteligencia y la posible relación arqueomatemática y astronómica de sus orígenes». En 1987 publicó, junto con García-Talavera, el libro Juegos guanches tradicionales. Inscripciones geométricas en Canarias. Muchos de estos juegos, explica Espinel, «han dejado de practicarse en época relativamente reciente, por lo que aún estamos a tiempo de rescatarlos del olvido y de su total desaparición». Este investigador defiende la pervivencia prehispánica de los juegos tradicionales de inteligencia ya que, dice, «desde tiempos remotos el hombre juega, aunque en Canarias algunos siguen empeñados en encuevar la rica herencia cultural de nuestros antepasados». Admite, no obstante, que algunos de esos juegos pudieron ser introducidos en el Archipiélago después de la Conquista. Se trata de juegos de inteligencia, apunta, «porque implican, aparte del aspecto puramente lúdico, cierta capacidad de abstracción, de concentración, de desarrollo de estrategias y de la configuración de las fichas en el tablero». Estas manifestaciones, dice, «se desarrollan generalmente en espacios geométricos a modo de dameros que, originariamente, no solamente implicaban un desarrollo lúdico sino también matemático, aritmético, geométrico, astronómico, cultural, social o incluso religioso». Los epigramas geométricos, agrega, a menudo, «eran improvisados en la tierra o la arena, pero otros muchos son, en la práctica, imperecederos, pues están elaborados en rocas basálticas, fonolíticas o en otras de similar composición y naturaleza». Filiación. Asegura que se trata de manifestaciones culturales milenarias «ya que aparecen no sólo en innumerables tableros ancestrales grabados en las rocas a lo largo de nuestra geografía archipielágica, sino, además, en todo el norte de África». En Canarias «ha aparecido una considerable cantidad de dameros de juego grabados en la roca de indiscutible filiación aborigen». Recuperar este patrimonio, cree Espinel, es «honrar la memoria de nuestros antepasados».

16 enero 2007

solsticio de invierno desde el Llano de Las Lajitas


Vista del espectacular amanecer, a más de 2.200 metros de altitud, desde el yacimiento cultual más importante de la isla de La Palma (Islas Canarias), el "Llano de Las Lajitas", durante el solsticio de invierno de 2006.

El yacimiento religioso está conformado por 19 amontonamientos de piedra, numerosos grabados rupestres y unos pocos restos de material lítico y cerámico.

En la fotografía se puede apreciar como el sol (Abora) asoma por detrás del Roque de Los Muchachos, el pico más alto de la Isla, con 2.426 m.





04 enero 2007

Lunasticio: parada mayor norte de la luna. Arqueoastronomía


Lunasticio


Parada Mayor Norte (Lunasticio) de La Luna Llena.

La Luna llena, el 3-4 de enero de 2007, salió y se puso en las posiciones más al Norte posibles de su ciclo de 18´6 años. Las imágenes corresponden a la salida de la Luna llena, el día 3, vista desdeSanta Cruz de La Palma (tomada la foto desde detrás del Barco de la Virgen) y el ocaso corresponde a la puesta, día 4, vista desde la estaciónrupestre del "cementerio" en el municipio del El Paso.
+ imágenes
+ información

Arqueoastronomía: Presentación del libro ABORA en Gran Canaria

El próximo jueves día 11 de enero de 2007 a las 20,30 horas, en el Club de Prensa Canaria (León y Castillo, 39 bajo) Las Palmas, se presenta el libro "ABORA" del prehistoriador palmero Miguel A. Martín González.
Este libro constituye una verdadera primicia en la investigación prehistórica de Canarias al demostrar científicamente hacia donde iba dirigido el pensamiento religioso y cultural aborigen.
Adaptados a una naturaleza insular característica, los awara (antiguos pobladores de la isla de La Palma) entablaron una relación armónica con el espacio y el tiempo, sobrevivieron a numerosas penurias y regalaron toda su vida a los cultos cósmicos en una geografía que estructuraron sobre los dos pilares solsticiales.
El autor acaba de penetrar en el secreto mejor guardado por la naturaleza y el tiempo. Después de 500 años, y gracias a la interdisciplinaridad de las ciencias usadas y una meticulosa metodología de campo, ha demostrado que todos los yacimientos rituales y culturales de la “Isla Bonita” están orientados a los solsticios.
En el documentado trabajo se estudiaron los tres ejemplos de yacimientos rituales existentes: 52 amontonamientos de piedra de cumbre, destacando dos marcadores astronómicos; 11 yacimientos de canales y cazoletas y 136 estaciones rupestres con 835 paneles y miles de motivos sobre soporte fijo.

03 enero 2007

Los amontonamientos de piedra y cazoletas: arqueoastronomía

Dos ejemplos de orientaciones a los solsticios de invierno y verano respectivamente. Amontonamiento de piedras de las cabeceras del Barranco de Briestas y canales y cazoletas del Barranco de Domingo Díaz (Garafía).

Amontonamiento de piedras en las cabecersa del Barranco de Briestas (Garafía). Los awara (antiguos habitantes de la isla de La Palma) orientaron todos los amontonamientos de piedras de cumbre, siempre con una clara referencia destacada en la topografía, al orto del solsticio de invierno.


Yacimiento ritual en el Barranco de Domingo Díaz (Garafía)
En la isla de La Palma, los canales y cazoletas se "tallaron" sobre soportes blandos (tosca volcánica), prioritariamente en dirección al solsticio de verano.
Arqueoastronomía en La Palma.









02 enero 2007

El libro ABORA confirma las crónicas de la conquista.


Los primeros documentos escritos nos confirman la religiosidad de los antiguos canarios. Aunque dispersa, son considerables las notas que hacen referencia a los cultos astrales entre los aborígenes canarios y que ahora resumimos:
* Angiolino del Tegghia (1341), describía a los canarios como idólatras y paganos.
* Las bulas “Dum diligenter” (15 de mayo de 1351) del Papa Clemente VI y "Ad hoc semper” (31 de agosto de 1369) del Papa Urbano V, dejan constancia de la práctica de adoración del sol y de la luna entre los canarios.
* El historiador árabe Ibn Jaldún (1377) escribía que adoraban al sol naciente, sin conocer otro culto.
* El veneciano Alvise da Mosto (siglo XV) describe como los canarios adoraban al sol, la luna y otros planetas.
* El portugués Diogo Gomes de Sintra (1460-63) especifica que los indígenas de Tenerife y La Palma adoran al sol como Dios.
* Valentín Fernández (1505) planteaba que los nativos adoraban unos al sol, otros a la luna y otros a las estrellas.
* Su contemporáneo Antonio Sedeño (1505) nos explica como era el cómputo anual de las lunaciones para el calendario entre los habitantes de Gran Canaria.
* Fray Alonso de Espinosa (1594) lo recoge como práctica habitual entre los guanches, incluyendo sus fiestas anuales.
* Fray Abreu Galindo (1592): "...pero no dejaban de entender que en el cielo había a quien se debía reverencia; y al que ellos entendían que estaba en el cielo, lo llamaban Abora".
* Gomes Escudero (1520) describe para Fuerteventura algunas fiestas astrales, en concreto el solsticio de verano.
* Tanto José de Sosa (1678) como Marín de Cubas (1687) defienden el carácter astronómico de los principales cultos y fiestas entre los aborígenes canarios.
Todos estos datos literarios vienen a confirmar lo que el historiador griego Herodoto (V a.C.) nos proporciona al referirse a los ritos y sacrificios que hacían a sus divinidades los libios, destacando que eran el sol y la luna a quienes sólo consagran sacrificios.
Miguel A. Martín