El pasado 20 de marzo de 2010 madrugamos para subir a las cumbres de La Caldera de Taburiente a admirar uno de los momentos más sagrados para los antiguos pobladores, la salida del Sol por detrás de la montaña más alta de la Isla, desde un punto muy específico, en el marcador solar de Cabeceras de Izcagua que los awara construyeron amontonando piedras.