Una cavidad situada en la ladera de un barranco a 500 m de altitud, tan pequeña y húmeda en invierno, de unos 6 m de largo, una anchura de 2 m en el centro y una altura máxima de 2 m en el extremo occidental y que a su vez contenga más de cien caracteres de escritura insuloamaziq y una treintena de cazoletas en su interior, es algo verdaderamente asombroso, máxime cuando en la zona se encuentran cuevas más espaciosas y mejor acondicionadas para usos domésticos o de refugio. Esto hace pensar que era un lugar especial que trasciende lo material.
Hasta hace muy poco era impensable concretar que las respuestas al sentido de la vida entre los antiguos canarios estaban en el cielo. Si la literatura previa y posterior al siglo XV así lo testificaba, tan sólo nos faltaba poderlo demostrar a través de sus restos materiales. Los antiguos habitantes de las Islas Canarias dominaron el conocimiento astronómico como pilar del conjunto del saber sagrado, aquel sobre el que se sustentaba su mundo. Y en este sentido, la observación del cielo fue una importante disciplina de aprendizaje. Realizaron sus consideraciones para dar sentido a la vida. Fueron grandes observadores de los movimientos de los elementos del universo y en su afán de coordinar las acciones terrestres con las celestes, dejaron constancia de sus observaciones astronómicas, de sus ideas cósmicas, la orientación de sus construcciones y su iconografía como sistema ritual que resalta la necesidad de situarse en un mundo organizado cósmicamente.
El hallazgo fue dado a conocer en septiembre de 2006, siendo todo un acontecimiento periodístico. Pronto nos interesamos por el yacimiento para comprobar si tenía algo que ver con las observaciones que estábamos realizando en la isla de La Palma desde una óptica diferenciada como es la posición astronómica, topográfica y cultural. Los primeros resultados que relacionaban los grabados rupestres con las estrellas Canopo y Sirio se publicaron en la revista Iruene, nº 3 “Canopo” (2010). Poco después ampliamos el conocimiento con la vinculación entre la estrella Sirio y el Roque de Agando noticiado en “Canarias7” el 12 de abril de 2011. Por último, en la revista Iruene nº 4 (2012) editada en la isla de La Palma, se desvelan los principales secretos que encierra las Toscas del Guirre.
En primer lugar se confirma el culto a las estrellas Canopo y Sirio, tanto en el momento de su alineación frente a la misma cueva, como en el momento de los ocasos, especialmente espectacular el instante en que Sirio se oculta por detrás del Roque de Agando.
Hasta hace muy poco era impensable concretar que las respuestas al sentido de la vida entre los antiguos canarios estaban en el cielo. Si la literatura previa y posterior al siglo XV así lo testificaba, tan sólo nos faltaba poderlo demostrar a través de sus restos materiales. Los antiguos habitantes de las Islas Canarias dominaron el conocimiento astronómico como pilar del conjunto del saber sagrado, aquel sobre el que se sustentaba su mundo. Y en este sentido, la observación del cielo fue una importante disciplina de aprendizaje. Realizaron sus consideraciones para dar sentido a la vida. Fueron grandes observadores de los movimientos de los elementos del universo y en su afán de coordinar las acciones terrestres con las celestes, dejaron constancia de sus observaciones astronómicas, de sus ideas cósmicas, la orientación de sus construcciones y su iconografía como sistema ritual que resalta la necesidad de situarse en un mundo organizado cósmicamente.
El hallazgo fue dado a conocer en septiembre de 2006, siendo todo un acontecimiento periodístico. Pronto nos interesamos por el yacimiento para comprobar si tenía algo que ver con las observaciones que estábamos realizando en la isla de La Palma desde una óptica diferenciada como es la posición astronómica, topográfica y cultural. Los primeros resultados que relacionaban los grabados rupestres con las estrellas Canopo y Sirio se publicaron en la revista Iruene, nº 3 “Canopo” (2010). Poco después ampliamos el conocimiento con la vinculación entre la estrella Sirio y el Roque de Agando noticiado en “Canarias7” el 12 de abril de 2011. Por último, en la revista Iruene nº 4 (2012) editada en la isla de La Palma, se desvelan los principales secretos que encierra las Toscas del Guirre.
En primer lugar se confirma el culto a las estrellas Canopo y Sirio, tanto en el momento de su alineación frente a la misma cueva, como en el momento de los ocasos, especialmente espectacular el instante en que Sirio se oculta por detrás del Roque de Agando.
En segundo lugar, el protagonismo del Sol cuando se va acercando el solsticio de invierno. Gracias a la ventana labrada en el techo, después de permanecer una larga temporada en penumbra, a partir de octubre un rayo de luz comienza a iluminar las cazoletas de la entrada de la cueva con un haz de luz que se va desplazando, con el paso de los días, por el suelo hasta superar por el Oeste los últimos grabados rupestres y desaparecer dentro de una cazoleta en los días próximos al solsticio. El rayo de Sol que entra por la claraboya no toca los grabados, lo que deja bien claro que estos textos tallados en la pared no tenían una relación directa solamente con el Sol.
En tercer lugar, de nuevo dos elementos primordiales se unen, el Sol y el Roque de Agando en dos momentos destacados del antiguo calendario cósmico. Los primeros gomeros conocían el intervalo del orto acrónico de Canopo (al anochecer) en el preciso instante en que el Sol, de camino hacia el Norte, se ocultaba por detrás del Roque de Agando. Esto ocurre actualmente y con nuestro calendario en los primeros días de febrero. También identificaban la coexistencia del ocaso helíaco de Canopo (al amanecer) con la puesta del Sol, en su trayecto hacia el Sur, por detrás del Roque de Agando, actualmente en los primeros días de noviembre.
Por último, se desenmascara también el protagonismo de la Luna. Dada la configuración topográfica del entorno, durante la Parada Menor de la primera Luna previa y Luna llena del verano las veremos ocultarse por detrás del Roque de Agando. Este acontecimiento astronómico que sólo sucede cada 18/19 años no pasó desapercibido por los primeros gomeros, sabedores que admitían el desarrollo de calendarios más precisos y, a la vez, complejos.
En definitiva, a partir de dos elementos naturales (topográficos), una cueva y un roque se encadenaron una serie de eventos cósmicos de una espectacularidad significativa y trascendentales para su cosmovisión.
1 comentario:
Buenas .Soy un chico de Barlovento enamorado de la cultura guanche en general y de la cultura benahorita en particular. El motivo de este comentario es porque he encontrado una serie de piedras con grabados en mi pueblo, hasta ahora unos 200.La mayoría están ubicadas en paredes de huertas y fincas pero tambien he podido encontrar en zonas muy distintas del municipio grabados originales.Hasta ahora solo he podido distinguir de tipo lineal(hasta 6 clases distintas) y simbólicos.me gustaría enviarles una serie de fotos para ver que opináis. El arqueólogo del cabildo Jorge País ya estuvo en uno de estos yacimientos y a falta de un estudio mas en profundidad corrobora a primera vista de que son prehispánicos. un saludo
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